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El esquema PA de la Grafología

Hacia un esquema PA de la Grafología


Creo que los grafólogos tenemos un reto: contestar a preguntas que pueden anclar la Grafología a las corrientes científicas más interesantes del siglo XXI. Y eso es así porque se han producido dos cambios en el panorma científico que incumben a la Grafología en su acepción de Grafopsicología. El  primero es la aparición de las modernas técnicas de neuroimagen. El segundo, que la neurociencia está a la cabeza no solo del avance científico, sino de la divulgación y del interés del gran público. Y no hay que perder de vista que quien escribe es el cerebro
.

La aparición de las técnicas de neuroimagen

Es conocido el enfrentamiento entre la concepción de la psicología dualista y la monista. Una afirma la existencia de una mente y un cuerpo sustancialmente diferenciados y la otra lo niega.  Pero ¿necesitamos los grafólogos que exista la mente? ¿Nos es imprescindible llevar al "homúnculo" sobre nuestras cabezas para que la disciplina salga adelante? NO.
El tremendo problema que nos generó el conductismo no fue que negase la existencia de la mente, sino que negó la existencia de los procesos mentales o, incluso cuando los reconocía, manifestó que carecían de interés por no constituir conducta observable. 
La Grafología es muy competente en detectar tales procesos. Los grafólogos, ante el desdén de los conductistas por  todo aquello que no era perceptible externamente, nos hemos sentido como si nos exigiesen cortarnos el dedo pulgar de la mano derecha. Evidentemente no lo hemos hecho y hemos purgado nuestra resiliencia atrayéndonos el menosprecio de cierta comunidad científica. 
En parte, todo esto tiene su origen en la forma en que los primeros psicólogos estuvieron investigando los procesos mentales:
"Debemos recordar que los sujetos de aquellos experimentos no eran personas sin estudios superiores, sino catedráticos (...) Tras responder a la pregunta, el observador explicaba qué había ocurrido en su mente entre la pregunta y la respuesta, es decir, describía sus procesos de pensamiento. El método era más complicado de lo que parecía y sus resultados eran muy polémicos" (1) dice Thomas H. Leahey en Historia de la Psicología, en relación a Kulpe, al periodo 1901-1909 de la escuela de Wuzburgo y a la introspección sistemática. 
Aquellos psicólogos geniales desarrollaron sus experimentos  utilizando lo único que tenían a mano para documentar los procesos mentales: la introspección.  Del mismo modo que el espectro ensanchado de Hedy Lamarr llegó 20 años antes de que la tecnología estuviese preparada para aplicarlo,  Wundt y sus discípulos vivieron mucho antes de que se hallase la manera de abordar los procesos mentales de algún modo objetivo. La introspección, por su propia naturaleza, no se acomoda al método científico.

Laboratorio experimental de psicología de 1896.

Por suerte, desde la década de los 70  diversas técnicas de neuroimagen permiten observar aquello que se intentaba abordar desde la introspección.  A modo de ejemplo, mediante una resonancia magnética funcional  (RMNf)  es posible  apreciar la parte del cerebro que está controlando funciones esenciales como el pensamiento, el habla, el movimiento y las sensaciones. Luego los procesos mentales, accesibles para el grafólogo desde hace tiempo, se investigan hoy en día  por métodos perfectamente válidos y objetivos. Y caros, podríamos añadir, en tanto que la técnica grafológica sigue siendo una opción sumamente económica. 

La situación puntera de la neurociencia

El órgano rey, el cerebro, está en racha. Tanto por los avances de los investigadores más vanguardistas, como por el interés que despiera entre el público. La Contra de La Vanguardia dedica desde hace años muchas de sus ediciones a figuras destacadas en el mundo de la neurociencia. 
¡Si quien escribe es el cerebro — http://grafologiauniversitaria.com/Leyes_de_la_grafistica.pdf—,  este es el siglo de la Grafología!




En el programa Para todos, la 2, el neurólogo y filósofo Joaquim Fuster resume 
lo más sustancial de lo expuesto en Cerebro y libertad.

Y sin embargo, tenemos que hacer un esfuerzo. Nuestra vinculación con las teorías del psicoanálisis ha sido sumamente fructífera, pero le ocurre al psicoanálisis lo que a la introspección: no se adapta al método científico. 
¿Es obligatorio para adquirir o producir conocimientos que estos sean científicos? No, pero tiene infinitas ventajas. Uno puede elaborar mermelada casera y venderla a amigos y conocidos, que la compraran o no en función de la confianza que les inspire el artesano. Ahora bien, si uno lo que quiere es convertirse en un importante productor europeo de fruta confitada, tendrá que atenerse a la norma ISO correspondiente y respetar las disposiciones sobre trazabilidad. El método científico es la norma ISO de la ciencia, la garantía de que el  avance en una parcela del conocimiento científico está formulado en  un lenguaje preciso y consensuado, que se fundamenta en modelos y dogmas que forman parte de la ciencia normal, que se ha alcanzado por un procedimiento replicable, es decir, que otros pueden reproducir para comprobar, contrastar y validar. 
¿Necesitamos los grafólogos que se reconozca carácter científico al psicoanálisis? No. Lo que realmente necesitamos es que se reconozca la existencia del Yo y la existencia del subconsciente. 
El científico a quien vemos en el vídeo sobre estas líneas, uno de los neurólogos más ilustres, el español Joaquim Fuster, que trabaja en la Universidad de UCLA y que lleva la friolera de 40 años investigando la corteza cerebral, dice que el Yo libre es la corteza prefrontal (2) y que "El noventa y nueve por ciento —por decir un número— de lo que percibimos en nuestra vida cotidiana es inconsciente" (3).

Reorientar el avance de la disciplina

Sin renunciar a una sola molécula de nuestro bagaje, sí debemos reorientar nuestro avance. Ocurre con frecuencia que el grafólogo observa una cantidad ingente de información, pero no sabe qué hacer con ella. No existe en la buena grafología algo así como "Si haces letra grande es que buscas el relumbrón". No existe el signo fijo. Hay que cruzar muchos datos antes de decir algo realmente decisivo, algo que tenga una probabilidad significativamente superior de acierto a la que conseguiría un no grafólogo usando la intuición. 
El problema no está en la fase de análisis, sino en la de síntesis. Es decir, en Grafología el problema nunca son los ingredientes —siempre disponemos de ellos en abundancia— sino la receta para cocinar el plato. Entre una multiplicidad de rasgos con diversos significados posibles, es necesario averiguar el significado más probable de cada rasgo por su relación con el contexto para, en una segunda fase,  elaborar un retrato psicológico lo suficientemente rico y complejo como para inferir conducta. Porque en tanto que grafopsicólogos,  se nos va a pedir que anticipemos conducta. En el ámbito de los RRHH, en el ámbito de la educación, de la prevención del crimen, de la compatibilidad de pareja, de cualquier parcela de la actividad humana donde se requiera legítimamente  a un grafólogo para  que ejerza como tal. 
Esas recetas —síntesis de orientación— existen en nuestra disciplina en buen número y tienen la virtud de llevar a conclusiones coincidentes desde diferentes enfoques y escuelas. Sin embargo, si queremos actualizar la Grafología hemos de buscar nuevas síntesis que estén ancladas a las modernas teorías en neurociencia. 
Desde esa postura cargada de inmodestia me propongo intentar encontrar un esquema PA de la grafología, emulando el de Joaquim Fuster, para utilizarlo como síntesis de orientación: si nuestra corteza, en su calidad de facilitadora de la interacción con el medio, es abordable desde este esquema y nuestro cerebro es quien escribe; tal vez sea posible rastrear idéntico esquema en lo que escribe nuestro cerebro sobre una hoja de papel.  
Le he llamado "Hacia un esquema PA " a pesar de lo que aprendí en las clases de sociolingüística, o quizá precisamente por ello. Quiero poner el acento en el viaje y me gustaría invitar a  cualquiera que esté interesado a que participe en él. 

Empezando por lo básico


El esquema PA es un sistema de funcionamiento que en este nivel de esquematización compartimos con cualquier ser vivo, incluso con una modesta ameba (con quien, por cierto, también compartimos el sistema por el cual almacenamos las instrucciones de nuestro propio diseño: el código genético).
Evidentemente este esquema PA recuerda al esquema conductista E/R (Estímulo / Reacción) y a aquel otro suavizado E/O/R (Estímulo / Organismo / Reacción). Joaquim Fuster convierte el estímulo (E) en percepción (P) y este cambio tiene dos consecuencias: 
-la percepción (P) no deja de ser el estímulo, pero el estímulo subjetivamente percibido, con intervención de todos los mecanismos de cognición del sujeto y también con la intervención de las emociones.
-que la percepción (P) concebida tal como lo hace Fuster no requiere ya la intermediación del organismo (O) pues en este esquema la percepción lo es tanto del medio externo como del interno: todo es medio más allá de la corteza, el propio organismo del sujeto incluido. 
La acción (A) incluye tanto el hacer como el no hacer.

A qué estudiosos de P y de A conocemos en caracterología

Del lado de la percepción, entendida esta como los estímulos que provienen del medio ambiente y del propio organismo subjetivamente percibidos, ya sea de un modo racional o intuitivo, tenemos a Gustav Jung, quien ha descrito en Los tipos psicológicos cuatro formas de percepción que se adaptan como un guante a la P de Fuster: Pensar, Intuir,Percibir,Sentir.
En cuanto a la acción (A), la voy a asimilar a  la Actividad/no Actividad de Le Senne. Esta asimilación puede ser acertada o no, es algo que se verá más adelante.
¿Cómo traducir al lenguaje grafológico las apreciaciones de Jung y de Le Senne? Ya se ha hecho. En el primer caso la trasncripción corre por cuentga de Ania Teillard. En el segundo, René Resten y tal vez otros autores que podemos incorporar más adelante si son adecuados. 
Contamos con la ventaja de que tanto las afirmaciones de Teillard como las de Resten están validadas por Augusto Vels, quien a lo largo de su dilatada dedicación a la selección de personal tuvo oportunidad de contrastar la interpretación de todos y cada uno de los signos, tanto estadísticamente, como por contraste con una poderosa batería de test proyectivos gráficos que simultaneaba con el grafoanálisis. 



Modelo PA para la Grafología

Pasos a seguir

Vamos a utilizar el texto El ciclo percepción / acción, capítulo 4 de Cerebro y libertad, como hilo conductor del experimento. 
El primer paso consistirá en identificar si existe algo parecido a la homeostasis en el proceso de la escritura.
El segundo, encarar a los autores citados —Jung, Le Senne—  con el texto de Fuster y aislar la información coincidente.
El tercero, ver la traducción de esas partes significativas, si es que las llegamos a aislar, al lenguaje grafológico de la mano de Teillard, Resten y otros autores que estén validados por la práctica de Vels.
El cuarto, utilizar el lenguaje y procedimiento grafológico en clave PA, como síntesis de orientación, sobre escrituras reales para establecer un modelo de comportamiento que permita anticipar conducta.

Se prevé un camino largo hacia un destino incierto.
Apasionante.



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(1) Leahey, T.H. (2005). Historia de la psicología. Madrid: Pearson Educación, SA. 6ª edición, 
pág. 232
(2) Fuster, J.M (2014). Cerebro y libertad. Los cimientos cerebrales de nuestra capacidad para elegir. Barcelona: Ariel. 
 pág. 165 
(3) Idem, pág. 46
(4) Idem, pág. 45

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